23 de Marzo 2004

Historias de un Bar II

La semana pasada puse la primera parte de este relato, y como parece que a nadie le disgustó, pues os pongo la segunda parte, os invito a leer el de la semana pasada, si no lo hicisteis, porque si bien para entender este no hace falta haber leido el anterior, más adelante será necesario para entender la historia.

Dolor, unas lagrimas surcaban las cuencas de los ojos que comenzaban a tomar un ligero tono amoratado, unos gritos apagan el sonido del llanto:
- Esta es mi casa y vais a respetarla, mientras, se oía un duro golpe, y otro llanto se unía al de Marta.

Era el de su madre, que consiguió que el suyo se intensificase, momentos después,silencio, el sonido del lloro entreahogado de Marta se oía en la habitación y no se apagó hasta que de puro agotamiento se quedó dormida. A la mañana siguiente no fue a clase, el cansancio de una noche sin sueño y el tono morado de su ojo consiguieron disuadir a su madre de obligarla a ir, sin embargo si salió por la noche, vestía una falda negra, un top también negro todo ello conjuntado con una camisa blanca que hacía un bonito contraste, además de ocultar los moratones de la espalda y los brazos. Extendió mucho maquillaje por su cara, para disimular las marcas de su cara, ya siempre quedaba perfecto, habían sido tantas veces, tantas borracheras, tantas palizas, que ocultar un moraton ya no tenía secreto alguno.

Marta tenía 17 años, hacía 11 meses que los había cumplido, 1 mes la separaba, un único mes la separaba de su libertad.
Estaba buscando trabajo, todo lo que había encontrado no le servía, el plan era encontrar un trabajo de fin de semana donde le pagara algo con lo que ayudar a su madre. Llevaban tiempo planeándolo, su madre ya tenía apalabrado un trabajo de dependienta en una tienda. Mientras pensaba esto, salió de su casa, se dirigió al bar donde se reunía con sus amigos, casi su familia. Entró y saludó a la gente, con una falsa sonrisa como si todo fuese bien tan perfeccionada. Pidió algo de beber y se mezcló con el ambiente.

Esa misma mañana, Santi llegó a clase, estaba preocupado, Marta, su mejor amiga, no había ido a clase y tenía el móvil desconectado. Suponía que iría al bar y ahí le preguntaría, aunque la ultima vez no sacó nada en claro, más bien frases bordes y cortantes.

Salió de casa vestía unos vaqueros, con una camiseta y una camisa por encima, antes de salir, se acordó de coger la gabardina.

Entró en el bar y la vio bailando con una copa en la mano, ella le sonrió al verle y se acercó para abrazarle, Podía ver esa chica de metro setenta, pelo castaño en dos coletas que le caían por el escote del top y eso ojos verdes, acercándose para abrazarle, ese nudo, ese nudo que siempre aparecía cuando la veía se hizo más fuerte, cuando fue a corresponder su abrazo, vio en la cara de ella una mueca de dolor, no dijo nada.

Durante la noche, Marta bailó mucho, y bebió aun más, acabó sensiblemente borracha y cansada, por fin tras sendos intentos, Santi consiguió que ella se sentase en un banco con él y se durmiese recostada sobre él, mientras jugueteaba distraídamente con su pelo.

La gente se iba marchando, y Santi la despertó, ella sobresaltada miró la hora, desesperada y casi con lagrimas en los ojos dijo:
-No puedo ir a casa, me van a matar.
-Tranquilizate pequeña, dijo el chico.

Poco a poco Santi consiguió tranquilizarla, pero estaba preocupado ,muy preocupado, pocas veces había visto esa expresión de terror y miedo en la cara de su mejor amiga, e intuía que no era producto del alcohol.
Decidió llevarla a su casa, sus padres estaba de viaje ella no quería que le cogiese del brazo como de costumbre, algo raro sucedía.
Llegaron a casa de Santi y subieron, ella se tumbó en la cama y se quedó dormida. Santi le fue a quitar la camisa para que durmiese más cómoda, dejándola solo con el top, se la quitó y se quedó horrorizado, dos mortatones surcaban sus brazos y las marcas de un cinturón se dibujaban en su espalda. Marta abrió los ojos, no estaba dormida, llorosa le dijo que no quería dormir sola que por favor durmiese con ella, se metió en la cama, la cogió en sus brazos cuidadosamente, ella se aferró a él como si estuviese a punto de caer por un precipicio y él fuera su única forma de salvarse. Él susurró:
- Tranquila, aquí estas a salvo, conmigo. Mientras nuevamente la acariciaba el pelo y la dedicaba pequeños y suaves besos en su cuello y cabeza, poco a poco se quedó dormida, y al final él por puro agotamiento durmió también.

A la mañana siguiente, Marta se despertó, abrió los ojos y vio que Santi dormía a su lado, se puso la camisa y le dejo una nota:
"Muchas gracias por todo, por favor no hagas preguntas". Antes de irse depositó un beso en su mejilla, conscientemente cerca de sus labios.
Al despertar, Santi vio la nota, al mirarse al espejo, vio la marca de carmín y sonrió tristemente, cuanto habría deseado estar despierto.

<__trans phrase="Posted by"> Michael <__trans phrase="at"> 23 de Marzo 2004 a las 08:59 PM
<__trans phrase="Comments">

Esperanza... Me mola

Como al final todo acabe mal te voy a correr a gorrazos

<__trans phrase="Posted by:"> Ulliam <__trans phrase="at"> 23 de Marzo 2004 a las 09:14 PM

y la parte de que llega el principe y la hace princesa y ella perdona a su padre porque en el fondo es bueno la pones mañana, no? ;P

<__trans phrase="Posted by:"> Isa <__trans phrase="at"> 24 de Marzo 2004 a las 12:39 AM

Arrás ma gustao mucho ve poniendo mas q quiero saber si al final la mala lo extrangula sobre el piano xD

<__trans phrase="Posted by:"> gorkamorka <__trans phrase="at"> 25 de Marzo 2004 a las 09:42 PM
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