Diario de un socialista, traidor, mutante

Fumador vocacional

El 29 de septiembre de 2002, dejé oficialmente de fumar,tabaco. Los canutos ya son otro cantar. Lo dejé por un arrebato realmente, una tía mia tenía cancer de pulmón, mis padres estaban todo el día diciendome que dejase de fumar y para la que era mi novia el hecho de que yo fuese fumador le resultaba un problema para nuestra relación...

El caso es que poco a poco me he dado cuenta de una cosa, que seguramente sea preocupante, a mi me encanta fumar, es un tema sobre el que se me ocurrió escribir el otro día, me atrae muchisimo el hecho de fumar y en ocasiones lo echo mucho de menos, no es el mono físico de adicción, es el tema de decir echo en falta algo:

Por ejemplo, después de comer algunos días siento una sensación extraña, un pequeño vacío, una sensación de incomodidad y si lo pienso es porque me falta el cigarrito de después de comer.

Otras vez y que claramente vi que echaba de menos fumar, fue cuando estuve en Paris. Me quedé en casa de dos amigos, que eran fumadores y que les gustaba charlar tanto como a mi, principalmente sobre política. Mientras bebíamos vino (caían 2 botellas por noche entre los 3), ellos fumaban y yo me daba cuenta de que mi actitud natural, era también tener un cigarro. Esto me ha pasado en menor medida, alguna vez en un bar en situaciones parecidas.

Otro momento en el cual me doy cuenta de que lo echo de menos es cuando tengo que esperar algo o alguien. Las esperas se hacían más cortas, quitandote algo de tiempo de vida aspirando el humo del cigarrillo, servía en muchos casos para no aburrirte.

Y por último, mi cigarro favorito era el reflexivo, cuando tenías que responder algo a alguien y decías bueno saco un piti lo enciendo y respondo, eso te daba unos segundos extra y para una persona tan temperamental como yo, a veces daba la vida.

No tengo intención de volver a fumar, porque aunque lo dejé a la primera no fue precisamente fácil dejarlo, no lo pasé muy bien y encima en aquel entonces tenía el apoyo de una novia claramente anti tabaquista, con lo que probablemente resultó más fácil esa vez que una hipotética segunda, me he librado del mono físico pero eso no quita, que siga considerandome un fumador vocacional y que comprenda a los fumadores que no quieren dejarlo porque les gusta.