Estabamos el otro día en un bar, unos amigos y yo, como siempre nos pusimos a contar batallitas, y el tema derivó en religión:
Recordé mis viejos tiempos en un colegio de monjas, la maravillosa formación que esas agradables arpías me dieron, y lo "bien" que me lo pasaba en clase de religión, pero recordé con especial cariño el día que logré escandalizar a mi profesora de religión:
Todo empezó cuando nos explicaron los pecados capitales, (esos que salen en la pelicula seven, seguro que los conoces), y uno de ellos resultó ser la ira, y claro mi cabeza se puso a funcionar... levanté la mano y dije:
- Perdone, una pregunta
- ¿Sí?, dijo la incauta monja
- A ver, la ira es un pecado capital ¿no?
- Sí, -dijo ella, no sabiendo a donde quería llegar aquel mico de 13 ó 14 años-
- Pues que entonces Jesucristo fue un pecador.
La cara de mi profesora de religión y tutora pasó a ser una mascara de horror, pero antes de que hablase, volví a tomar la palabra:
- Sí, porque Jesucristo expulsó a los mercaderes del templo a latigazos y para eso hay que estar enfadado y eso es ira.
La monja no podía creer lo que escuchaba, respondió apresuradamente lo siguiente, dando por zanjado el tema:
- No, porque los mercaderes estaban en la casa de Dios, y entonces como era la casa de su padre, pues no era pecado...
Yo me quedé con cara algo incredula e insatisfecho por la respuesta de mi formadora religiosa, pero no volví a sacar el tema...
Eso y algunos enfrentamientos posteriores con la jefa de estudios, otra monja cabrona me llevaron a dejar al siguiente año el colegio