Son las 14:30, comienza la asamblea de la asociación de la facultad. Interminables turnos de palabras se suceden, la agresividad se dispara, cruces de acusaciones, mi imaginación vuela y empiezo a soñar.
Treinta hombres con uniforme de la guardia pretoriana del regimen totalitario irrumpen en la sala con sus armas automáticas. La cara de horror en todos los miembros de la asamblea
se muestra al verse encañonados por estas, sin mediar palabra una ráfaga de disparos BUDA BUDA BUDA BUDA BUDA.
Los gritos y las carreras se suceden, pero no hay a donde escapar, ni donde esconderse. La lluvia de balas barre sin fin la estancia, salpicandolo todo de sangre: La gente resbala en su frenéntica carrera sobre un suelo encharcado, o tropieza con los primeros cadaveres y son rematados sin piedad, hasta que el estruendo de las armas es sustituido por el característico clak clak de los cargadores vacíos.
De la omnipotente asamblea solo quedan gritos ahogados de dolor y una fría voz que dice:
La asamblea, queda disuelta...
La voz de la moderadora me saca de mi ensoñación, ha llegado mi turno de palabra y pronuncia mi nombre. Maldición!, mi sádica fantasía me ha hecho olvidar lo que quería decir, con una sonrisa por el recuerdo de ese paisaje mental intento realizar mi intervención de la manera más coherente posible.
Queridos esclarecedores:
Ahora que gracias al ordenador todos somos felices, no son necesarias las máscaras a las que según los informes que nuestro magnánimo señor nos ha permitido acceder. Y sin embargo considero interesante estudiarlo.
Una familia normal entra en un coche, hoy es un día de fiesta, es el santo de mama y la abuela y todos van a pasar una maravillosa velada a casa de tan decana señora... no importa nada de lo sucedido en el pasado todos están contentos y sonríen por mucho que se dijesen en el pasado lo que se odiaban.
Hace varios meses que no están todos juntos en un coche, se ven poco, solo comen y cenan juntos, rara vez hay una actividad familiar.
Hoy todos entran con una máscara de civilización, se sientan y comienza el viaje al infierno.
Las páginas del periódico pasan, mientras uno escucha la conversación intrascendente. El móvil de uno de los integrantes del coche suena y comienza a hablar. La conductora y madre exige que termine la conversación y el show da comienzo.
Como veréis, nuestro gran ordenador que nos cría, nos quiere y nos ama nos ha dado la felicidad:D. Recordad sed felices, el ordenador es vuestro amigo
Gritos, amenazas, exigencias y reproches se suceden en un torrente sin fin, y nuestro afanado lector comete el error: se quita su máscara, cierra el periódico y se lanza al torrente de discusión, perdiendo sus últimos vestigios de dignidad y civilización.
Llega el momento de máxima tensión, las amenazas físicas y después el sepulcral silencio. Todos lamen sus heridas con rencor, aparentemente se cierran pero cuando de nuevo vuelvan a abrirse, supurarán sin fin.
El tenso viaje termina, todos salen y vuelven a colocar sus máscaras de civilidad, las sonrisas afloran y pasan una amigable tarde en compañía del resto de su familia.