Sabéis que hace poco fui al FSE (Foro Social Europeo), ahí hubo una gran manifestación bajo el lema de "Por una Europa de los derechos, en un mundo sin guerra", ahí me fui yo, con mi bandera tricolor. Me sucedieron algunas cosas que me gustaría contar
Lo primero fue cuando me puse la bandera como una capa, ya que no tenía donde ponerla, dos hombres me tocaron la espalda y me volví. Con voz emocionada uno me dijo en perfecto castellano:
- ¿Es esa una bandera republicana Española?.
- Sí señor, respondí yo.
- Hacía muchos años que no veíamos ninguna. -dijo uno de ellos-
Emocionados nos tendieron la mano a un amigo, el cual también llevaba la bandera como capa, y a mí-, estreché su mano sintiendo gran emoción: Después, se perdieron entre la multitud, más adelante me arrepentí de no haber entablado más conversación con ellos, por la edad podrían ser exiliados que partieron de España en 1939 cuando aun eran jóvenes o incluso niños..
Más adelante, durante la manifestación mucha gente sintió curiosidad sobre de que país era esa extraña bandera que mi amigo y yo llevábamos. Este, respondió a todo el mundo en Francés, explicándoles que eran banderas republicanas españolas, y explicando que sí, que aquí todavía quedamos, que muchos somos jóvenes y las razones por las que somos republicanos. Las reacciones fueron desde la alegría hasta la extrañeza, pero nadie se quedó sin respuesta.
Solo hubo un caso en el que respondí yo, porque me preguntaron en un castellano con bastante acento francés, la razón por la que llevaba una tricolor, mi respuesta fue contundente:
- Porque soy republicano.
EL hombre que me preguntó se marchó sin decir más, esta vez quise saciar mi curiosidad y me acerqué hasta él y le pregunté:
- ¿Por qué se ha extrañado tanto de ver una bandera republicana española?, ¿Cree que es tan raro que los jóvenes seamos republicanos en España?.
El hombre sonrió y me respondió:
- No, solo que hacía muchísimo tiempo que no veía ninguna.
Nuevamente no indagué, pero quizás en ese hombre había otra pieza de historia del exilio republicano, este era más joven así que probablemente hijo de aquellos que cruzaron la frontera francesa para huir.
Puedo decir, que esta experiencia con las tricolores ha sido la más satisfactoria en Paris, el haber mostrado a la gente que aquí no todos aceptan la monarquía sin chistar, que las ideas de república siguen vivas, y quizás haberles alegrado la vejez a aquellos dos hombres sabiendo que no todo se perdió.
Hablando con mi amigo, jugamos con la idea de que quizás nosotros dentro de muchos años nos encontremos a unos jóvenes en una manifestación enarbolando algún símbolo que nos recuerde lo que ahora vivimos y quizás podamos experimentar la misma sensación que aquellos dos hombres experimentaron al vernos...
Hoy recibí un mail, que habla de la generación de los que nacieron en el 80-81, he leido el mail completo, bastante largo y lo suscribo ampliamente, no completamente (yo soy del 84), pero sí mucho de lo que ahí se dice.
Os lo dejo para que si vivisteis esa época disfruteis y si no lo hicisteis veais lo que os perdisteis
El objeto de esta misiva es la de reivindicar a una generación, la mía, la
de todos aquellos que nacimos entre 1970 y 1981 año arriba, año abajo)la de
los que estamos currando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la que
vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces
más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los 50 años.
Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos
delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria
histórica comienza con el Mundial de España 82 y el Naranjito. Aunque
nacimos en una dictadura, siempre hemos tenido una conciencia democrática y
la serie Cuéntame nos parece que es una mierda y que hace apología del
franquismo.
Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales y
sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán
nuestros hermanos pequeños y descendientes.
Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las
chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma o el rescate y, a la vez,
somos la primera que hemos jugado a videojuegos, hemos ido a parques de
atracciones o visto dibujos animados en color.
Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos y
seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron
después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice.
Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos bodrios como
Historias del Kronen o Reality Bites y creer que éramos nosotros reflejados
(si te gustaron en su momento, vuélvelas a ver, verás que chasco).
Lloramos con la muerte de Chanquete, con la puta madre de Marco que no
aparecía y con las putadas de la Señorita Rottenmayer; Nuestra primera
canción del verano fue "Los Pajaritos" (1981) y nuestra primera tele fue
en blanco y negro... Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer
campaña contra la droga, que nos reímos de un anuncio que decía que si el
Madrid era otra vez campeón de Europa, que durante un tiempo tuvimos al
baloncesto como el primero de los deportes.
Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la
costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas
en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados
los 10 años.
Entramos al colegio cuando aún existía Castilla la Vieja, cuando el 1 de
noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se
podía repetir curso y el profesor te podía soltar una bofetada; fuimos a
la universidad con unas notas de corte del copón y con una masificación
acojonante, pidiendo prórrogas en la mili y objetando. Somos los primeros
en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que no les cuesta
un duro echarnos del curro.
Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no
hubiéramos vivido nada histórico.
Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo contando chistes de Irene
Villa, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yelsin borracho tocarle el
culo a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra
(Bosnia, etc.) cosa que nuestros padres no hicieron; gritamos OTAN no bases
fuera, sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe un 11 de
septiembre .
Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum,
odiamos a Bill Gates, vimos a Perico Delgado anunciar los primeros móviles
y creímos que Internet sería un mundo libre.
Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema, el panadero farlopero.
Quién diría entonces que años más tarde, con España integrada en UE,
aquella niña morena habría de enseñarnos sus vergüenzas (Ruth Gabriel).
Los del incomparable "Planeador abajo" de Mazinger Z, los de Ulises 31 y
Comando G (que nunca acabó de gustar a nadie) Somos la generación que
fuimos al cine a ver las películas de Parchís, y que durante años creímos
que el de rojo (como quien dice el de en medio de los Chichos ) era Enrique
Búmbury.
Los que crecieron escuchando a Europe y a ese grupete de imitadores que les
salió, unos tal Bon Jovi. Los de la explosión del Challenger, la cantada de
Arkonada, Los mundos de Yupi y las pesetas rubias.
Nos emocionamos con Superman, ET o En busca del Arca Perdida. Comiamos
Phosquitos y los Tigretones eran lo mejor, aunque aquello que empezaba (algo
llamado Bollycao) no estaba del todo mal.
Somos la generación que vio a nuestros padres renegar de Felipe González,
del España mañana será republica y el OTAN No al OTAN Sí, los GAL y los
contratos basura.
Somos la generación del Tocata, La Bola de Cristal (solo no puedes, con
amigos sí), el Follow Me, El hipnótico "Planeta Imaginario", Los Toreros
Muertos, La Orquesta Mondragón, el abrazafarolas del Butano y el Misissipi
de Pepe Navarro con su inimitable Pepelu .
Nuestro grito de guerra fue "Tigres, Leones, todos quieren ser los
campeones" y descubrimos a las mujeres gracias a una cantante italiana
llamada Sabrina que nos regalaba de vez en cuando sus encantos mientras
botaba por el escenario como una posesa. Provocación que sirvió para cambiar
la mentalidad femenina de este país.... La generación de la quinta del
buitre, de Hugo Sánchez, de Biriukov, Del Corral, Corbalán, Romay y que nos
traumatizamos con las muertes de Fernando Martín y Petrovic (¿quién coño
juega hoy en el Madrid de baloncesto?).
El 600 era el utilitario normal, el 124 un coche familiar y el 131 una
berlina de lujo. El 23F nos pareció un buen día porque no hubo clase y
ponían películas por la tele. La generación a la que le entra la risa floja
cada vez que tratan de vendernos que España es favorita para un mundial.
La última generación de las litronas y los porros, y qué coño, la última
generación cuerda que ha habido.
ERAN OTROS TIEMPOS...
Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos:
Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad y sin air-bag,
hacíamos viajes de 10-12h con cinco personas en un 600 y no sufríamos el
síndrome de la clase turista.
No tuvimos puertas, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de
niños. Andábamos en bicicleta sin casco, eso sin contar con que hacíamos
auto-stop. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico, y
jugábamos a "lo que hace la madre hacen los hijos", esto es a ver quien era
el mas bestia.
Pasábamos horas construyendo nuestros carros de rodamientos para bajar por
las cuestas y sólo entonces descubríamos que nos habíamos olvidado de los
frenos. Después de chocar con algún árbol, aprendimos a resolver el
problema.
Jugábamos a "churro va" y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales.
Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos
cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos. Eso, si
no buscábamos maderas en los contenedores o donde fuera y hacíamos una
fogata para asar patatas y contar historias de miedo.
No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna
ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra
de piedras y no pasaba nada, eran cosa de niños y se curaban con Mercromina
y unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos. Tuvimos peleas
y nos "esmorramos" unos a otros y aprendimos a superarlo.
Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno
era gordo y punto.
Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas
de refrescos y nadie se contagio de nada. Solo nos contagiábamos los piojos
en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con
vinagre caliente.
No tuvimos Playstations, Nintendo 64, vídeo juegos, 99 canales de
televisión, películas en vídeo, sonido surround, móviles, ordenadores ni
Internet. Nosotros tuvimos amigos. Quedábamos con ellos y salíamos. O ni
siquiera quedábamos, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos.
Y jugábamos a las chapas, al peón, a las bolas, a la lima, al rescate, en
fin tecnología punta. Íbamos en bici o andando hasta su casa y llamábamos a
la puerta. ¡Imagínense!, sin pedir permiso a los padres, ¡nosotros solos,
allá fuera, en el mundo cruel! !Sin ningún responsable! ¿Cómo lo
conseguimos?
Hicimos juegos con palos y balones de fútbol improvisados, y comimos pipas
y, aunque nos dijeron que pasaría, nunca nos crecieron en la tripa ni
tuvieron que operarnos para sacarlas. Bebíamos agua directamente del grifo,
sin embotellar y algunos incluso chupaban el grifo. Íbamos a cazar
lagartijas y pájaros con la "escopeta de perdigones", antes de ser mayores
de edad y sin adultos, DIOS MÍO!!
En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos.
Los que no lo hacían, tuvieron que aprender a lidiar con la decepción.
Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repitieron curso.
¡Que horror, no inventaban exámenes extra! Y ligábamos con las chicas
persiguiéndolas para tocarlas el culo, no en un chat diciendo :) :D :P
Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias.
No había nadie para resolver eso. La idea de un padre protegiéndonos, si
trasgredíamos alguna ley, era inadmisible. ¡Ellos protegían las leyes!
Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer
con todo ello.
Si tú eres uno de ellos, ¡enhorabuena! Pasa esto a otros que tuvieron la
suerte de crecer como niños, antes de que los abogados y los gobiernos
regulasen nuestras vidas, para nuestro propio bien.