16 de Marzo 2004

Historias de un bar I

Hoy me he enterado, que a alguien de mi entorno le ha sucedido algo que me ha recordado a una historia que escribí hace un par de años.

He rebuscado por internet, y por algunos sitios donde creía que estaba colgada hasta que la he encontrado.

Quiero compartir la historia con vosotros, en su momento me pareció muy bonita, no la he vuelto a releer, porque la última vez que lo hice el encontré muchos fallos e hice proposito de re escribirla de otra forma y no lo he hecho.

Esta historia fue escrita en forma de relatos cortos que enlazaban unos con otros, aquí os dejo el primero, cada semana iré poniendo uno.

Espero vuestros comentarios, no seais muy duros...

Entraba al bar cansado, acababa de llegar de clase y tenía que servir durante toda la noche lo cual iba a ser duro. Al entrar algunas miradas se posaron en él, saludos más o menos amistosos gente conocida, algunas sonrisas.

Javier se metió tras la barra, había 2 camareros más, el bareto era suyo y esos dos trabajaban por poco dinero,
- Pepe, Fran venga piraros ya me ocupo yo de esto. Los dos chavales sonrieron y se marcharon, luego llegaría María, que le ayudaría a servir copas.

Echó un ojo al local, todos eran chavales de entre los 16 y los 20 y tantos años más o menos amigos entre ellos, eran todos un grupo de amigos en general. El bar era un bar oscuro, con pocas luces, unas mesas al lado y algo q funcionaba como pista de baile entre medias de las dos hileras de mesas, el tipo de musica era variado, aunque Javier siempre se había negado a poner musica maquina, Hay que decir que Javier era un tío más bien alto, de pelo castaño y ojos verdes, de una complexión bastante fuerte y hacía bastante que nadie le había visto sin sus clasicas camisetas y su chupa de cuero negra.

La noche se iba desarollando más o menos como debía, llegó María y se puso a servir, una chica nueva en el grupo Miriam se acercó, tenía 17 años, era bajita, morena, vestía bastante normal unos pantalones marrones, una camisa blanca y una chaqueta, lo que más llamaba la atención era su mirada timida y asustadiza, se quedó mirando a Javier con indecisión y miedo, cuando este se le acercó y la dijo:
¿Qué quieres guapisima?
Ella se sobresaltó y con voz timida pidió un vodka con limon
-Tranquila que no muerdo dijo él, mientras la sonreía, ella correspondió la sonrisa con otra sonrisa pero timida.
Sirvió la copa, y cuando Miriam le fue a pagar dijo, mmm no venga a esta te invito. Ella se fue no sin agradecerlo con otra sonrisa.

La noche siguió, cuando alguien entró por la puerta era Antonio, el hermano de un viejo amigo de Javier el cual se había ido hacía mucho tiempo del barrio, Antonio entró dando tumbos, parecía borracho, iba chocandose contra la gente, y riendose de manera histerica Javier saltó la barra y se acercó a él.
-Tío que coño te pasa -dijo Javier con voz autoritaria.
-Estoy muy mal tío soy una mierda, una puta mierda, -mientras decía esto dio otro tropezon que casi lo manda al suelo.
Javier le agarro y lo llevó al baño donde le hizo potar hasta la primera papilla, sin embargo no potó demasiado alcohol, lo que le hizo pensar que iba metido de algo.
-¿qué has tomado?, unas copas tío.
Javier cambió la expresión, -no me digas que nada porque no he nacido ayer, dime que cojones has tomado-.
-Bueno tío unos tiritos.
-Unos tiritos de qué?.
-Coca, -las lagrimas se deslizaron por la cara de Antonio, -tío soy una mierda, ayudame-.
Javier vio algo en esa situación que le recordaba al pasado.
-Estoy enganchado, le debo pasta a alguna gente.
-Entiendo, la misma mierda de siempre, bien pues ahora te vas a sentar en una mesa tranquilito, vas a disfrutar de la noche y mañana ya veremos que hacemos.

La noche por suerte siguió sin más sobre saltos, despues de cerrar llevó a Antonio a su casa y quedó al día siguiente para llevarle a un centro social. Volviendo a casa, las calles se tornaban grises, y polvorientas. Subió hasta el estudio, que tenía alquilado y donde vivía solo, terriblemente solo, se derrumbó en la cama. Por la mañana se levantó, mirandose al espejo pudo observar que sus ojeras seguían donde estaban, y cogiendo una mochila salió. LLevó a Antonio al centro, por suerte el chaval acababa de cumplir los 18 años y con suerte sus padre nos sabrían nada y él, con ayuda, se recuperaría. Volvió a casa y se echó una siesta.
Se despertó, un mensaje en el contestador,
-Javier, soy papa,- oye chico llevas mucho tiempo sin pasar por casa, y tu madre te echa de menos, ven un día, un abrazo hijo.
Rebobinó la cinta y borró el mensaje, mientras un que os jodan afloraba en su boca, y unos terribles recuerdos de como le echaron de casa cuando descubrieron su problema con las drogas llegaron a su mente, pronto apartó aquello de su mente y se largó a abrir el bar.
Pasaron varias semanas, sin que nada demasiado importante sucediese, su amistad con Miriam fue en aumento, ella había perdido ese miedo a hablar con él aunque seguía siendo terriblemente timida.
Una noche, Javier estaba sacando la basura, cuando en el callejón escuchó, una voz de una chica algo pasada de copas, diciendo -Que noo joder que me dejes, que nooo,- y la de un chico venga que te va a gustar, a Javier le pareció la voz de Miriam, se acercó y vio al tío magrearla mientras ella inutilmente intentaba apartarle, las lagrimas afloraban en sus ojos. Javier se acercó y lo apartó de un golpe, el tío salió tratabilleando y se le acercó, cogiendole de las solapas le dijo, si te vuelvo a ver por el bar te arranco la cabeza, lo dijo poniendo esa cara de psicopata que tantos años había practicado, el tío por poco no se meó en los pantalones.
Luego se acercó a Miriam y la abrazó, ella lloraba en sus brazos, con voz tranquila la dijo, ya, ya pasó, estoy aquí y no te va a pasar nada. Durante toda la noche Miriam se pasó el tiempo tras la barra ayudando a servir copas, se había tranquilizado y Javier consiguió que se le pasase en parte, el susto.
Pero la noche no podía acabar bién, Antonio que andaba por el local se quedó blanco al ver entrar a un tío, era alto, rapado, vestía botas militares y pantalones vaqueros ajustados junto a una camiseta lonsdale que también le quedaba muy ajustada, se dirigió a a Antonio con sonrisa burlona
-Tuuu nos debes pasta. Antonio acojonado dijo:
-Si tío os la daré os lo prometo.
Javier se acercó a la caja sacó un dinero apartado y se acercó al tío.
-Toma, dandole el dinero, y no vuelvas.
- Tu no te metas en estoooo que va a haber bronca. dijo empujandole
Javier le miró inexpresivo y le dijo, largate y no te acerques a mi colega antes de que te de una paliza, Maki, dijo usando el apodo del tío. El Maki se quedó muy sorprendido
-¿Y tu de q me conoces?, miro bien a Javier y se respondió, Coño el Javi que es de tu vida.
-Muy bien sin vosotros ahora largate y no vuelvas.
-Ey cuidadin Javi, que sabes como las gastamos.
- He dicho que te largues o te doy una ostia.
El tío se largó, todo siguió bien hasta el cierre. Miriam estaba dentro apagando unas cosas y Javier echando la persiana, de repente dos tíos se le acercaron, por la espalda y diciendo, hombre mira el Javi el que me ha echado de su bar, le apuñalaron por la espalda, en ese momento todo se congeló, la punzada que sentía de dolor le hizo derrumbarse y sintió como manaba la sangre de su espalda, y poco a poco mientras la inconsciencia llegaba, escuchó unos pasos a todo correr, minutos despues un grito, y sirenas al cabo de un rato, cuando despertó, estaba en una cama, parecía un hospita, una temblorosa figura le miraba, era Miriam, que se encontraba sentada a su lado. Cuando abrió los ojos ella pegó un respingo y con lagrimas en los ojos le abrazó y así se tiró un buen rato.
Tres días despues le dieron el alta, estaba en el bar aun con puntos, pero trabajando contra consejo medico y los gruñidos de Miriam, cuando una figura familiar entró, Tenía unos 50 años, era bajito, calvo y vestía con sobriedad, era su padre.
-Javier, dijo con duda, me enteré de lo que te pasó , ¿qué tal estas?.
- Vivo, aunque eso no has importado mucho.
- Javier estamos muy arrepentidos de lo que sucedió, por favor perdonanos, tu madre quiere volver a verte, la gustaría que vinieses a comer mañana.
- MMMM creo que no.
- Por favor Javier, estamos muy arrepentidos, piensatelo, por favor.
Su padre salía cabizbajo del local cuando la voz de Javier le sobresaltó.
- Papa, poned un plato más mañana, a las 2 como siempre ¿no?.
Su padre salió con una sonrisa enorme y asintió.
Miriam que había visto todo le abrazó, y le dio un beso en los labios, a lo cual Javier se quedó sorprendido en un momento y luego correspondió.
Volviendo a casa las calles no eran tan grises como otras veces, y la soledad no era tan abrumadora, las cosas estaban cambiando ya lo creo si estaban cambiando y era a mejor.

<__trans phrase="Posted by"> Michael <__trans phrase="at"> 16 de Marzo 2004 a las 09:39 PM
<__trans phrase="Comments">

Bueno, al parecer que colgaras la historia ha sido la unica forma de que finalmete me mirase la historia. Creo que sigo teniendolas en el disco duro, pero a pesar de la expectación que me ha causado esta primera para con las demás esperaré a que las cuelgues :)

Ma molao mucho, puede que tenga fallitos pero la historia mola

<__trans phrase="Posted by:"> Ulliam <__trans phrase="at"> 16 de Marzo 2004 a las 10:08 PM

Hey me ha gustado mucho me parece una muy buena historia es verdad q deberías repasar algunas pequeñas cosas pero loq es el conjunto me parece muy bueno

<__trans phrase="Posted by:"> gorkamorka <__trans phrase="at"> 21 de Marzo 2004 a las 01:53 AM
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