Y es que hoy en clase de derecho internacional, nuestro profesor nos ha contado una anécdota de cuando estudiaba, de un profesor que era un hueso, aburrido, borde, cabrón, les preguntaba en clase a traición y les hacía media con ello etc. Eran tan solo 13 en clase, y los sentaba a todos en uno de los seminarios del departamento, y con mucho humor decía mi profesor, en una mesa rectangular que parecía el consejo de ministros.
El caso es que entre sus compañeros, pues aquel profesor estaba en 5º, uno llevaba una media de matricula en la carrera hasta que se topó con ese profesor, a mediados de curso ese hombre llevaba una media de 0 en la asginatura, con la consiguiente amargura. Ni que decir tiene, que los demás no iban mucho mejor.
Parece ser que aquel profesor hacía parciales constantemente, que también contaban para la nota, pero que no eran liberatorios, y en Febrero más o menos, planificó uno.
Pues estaban todos, sentados, nerviosos, esperando la entrada de su profesor, y este se retrasaba, de pronto entró la ayudante del profesor, una tía muy simpática, y les contó a todos ellos que el profesor había muerto la noche anterior de un ataque al corazón. Eso no fue lo más grave, sino que ellos, mientras la ayudante lloraba desconsoladamente se reían de forma casi histérica, dice él por los nervios del momento, creo yo porque eran un poquito cabrones (al menos él, que es un tipo muy simpático pero algo hijo putilla y que conste que es uno de los profesores que mejor me caen).
Así que la anécdota termina, que cuando estemos estudiando su examen final, porfavor no deseemos su muerte, porque en Junio le viene un poco mal morirse, que esperemos a septiembre y si eso ya nos dice.