Hoy hemos hablado de población en la clase de geografía política y me siento como Nostradamus. Cada día tengo más la sensación de que nos acercamos a una crisis mundial, de proporciones similares a la peste negra del medievo o a las 2 guerras mundiales. Es como si hubiesemos saltado de una torre de enorme altura, y aun no fuesemos conscientes de que estamos en plena caida, pero cada vez aceleramos más y más, no sabemos si tenemos paracaidas y si lo tenemos... quizas cuando nos demos cuenta sea demasiado tarde.
Las señales sobre esto que digo se dibujan en el horizonte, el modelo de consumo actual (el capitalista, llamemos sin pudor a las cosas por su nombre) no es sostenible y eso puede llevarnos a un fatal desenlace.
Para quien todavía tenga dudas sobre mi afirmación anterior, le invito al lector en que sucedería si China, país en alza, termina el proceso que ha iniciado de modernización y de incorporación a nuestro modelo de consumo, las consecuencias ya se están viviendo con el alza de materias primas como el acero o el petroleo. Y ahora que piensen si este desarrollo se extiende al resto del mundo, por poner un ejemplo a la India y tengamos en cuenta que la población no deja de crecer.
Supongo que ahora estamos de acuerdo que esto es inasumible, no hay recursos para todos, consumiendo de esta manera. ¿Y que hacemos los seres humanos cuando no tenemos para todos? Matarnos los unos a los otros, es así de duro, observemos la historia. Así que desde el pesimismo que me embarga con la victoria de George W. Bush en las elecciones presidenciales estado unidenses,y observando datos como el alza del petroleo, el aumento de las desigualdades entre ricos y pobres tanto entre estados, como dentro de los propios estados, la irrupción de paises como China... creo que todo esto nos conduce, si no hacemos nada, a un periodo de muerte y destrucción del que quizas el "terrorismo internacional" y la guerra contra este pueden ser el aperitivo.
Pero ahora, a diferencia de otras etapas de la historia, planea sobre nosotros la posibilidad de que nos acabemos autodestruyendo lenta pero inexorablemente, mientras el sistema se mantenga hasta llegar a un punto de no retorno y nos unamos a los dinosaurios como otra anécdota en el discurrir de la historia de este planeta. Evidentemente esto último es muy castrofista, es un escenario muy negro, pero no habría que descartar una crisis ecologica mundial que llevase a la muerte por hambrunas y guerras a una gran parte de la población mundial. Igual que el mercado, quizas la naturaleza sea capaz de autoregularse (notese el sarcasmo).
Y llegamos a la conclusión a la que llego. La población mundial no deja de crecer, somos muchisimos, y nadie está por la labor de vivir peor, de abandonar lo que se llama "el progreso", así que tenemos que morirnos. Hay quien opina que lo que nos hace falta son esas hipotesis terribles que he descrito antes, una buenga guerra que acabe con mucha gente o una crisis ecológica que nos mande literalmente a tomar por culo.
Yo por mi parte le tengo mucho repseto a la vida, y bastante reparo a las situaciones de sufrimiento generalizado, soy consciente de que ya hoy en día mi bienestar es el sufrimiento de mucha gente, pero las opciones anteriores, es sufrimiento para todos. Así que me planteo si no sería posible algo de reformismo en este asunto, algo que no resultase tan traumático:
Lo primero que haría sería empezar por casa. Acabaría con las subvenciones a la natalidad, no dejaría sin subsidios a las familias numerosas ya existentes, pero dejaría muy claro que a partir de cierta fecha no se concedería el status de familia numerosa y por tanto sus beneficios a ninguna familia más. Al tiempo supliría la perdida de población con imigración. Esto acarrearía bastantes problemas y sería necesario trabajar con las sociedades desarrolladas, pero EY salvar el mundo no es fácil.
Lo segundo sería un control de natalidad en el tercer mundo. Esterilizaciones masivas, voluntarias , e incentivadas economicamente. Que en frío suena muy duro, pero joder somos muchos en este planeta. Educación, sería otro pilar de esta segunda parte, a costa de la erradicación de la influencia de la Iglesia en el tercer mundo si es preciso y sustituir los servicios que presta en dichos paises por una intervención internacional. Dentro de esta paja mental que sé que es utópica (nadie crea que opino que es realizable esto que planteo), lo más positivo, puestos a soñar es un Plan Marshall a nivel mundial, guiado por las naciones unidas (Que bonito suena ¿A que sí?).
Sé que todo esto hace parecer que se me ha ido la pelota, es posible, llevo un tiempo poseido por un cierto pesimismo antropológico, pero porfavor si alguien ve la luz al final del tunel, que avise.
Salud!