La socialdemocracia, se consolida en la postguerra como ideología imperante en Europa, es una respuesta del socialismo europeo a la revolución rusa, una manera de buscar realizar los fines de la revolución socialista sin efectuar dicha revolución, es decir, a base de reformas dentro del marco de los sistemas democráticos "burgueses".
Esto es debido, a varias razones:
1º Se demuestra que los mercados descontrolados y desregulados no funcionan, y que traen graves problemas. El mayor exponente la crísis del 29.
2º El miedo, de las clases medias y altas a la potencialidad revolucionaria que residía en la clase obrera.
La revolución rusa, sacudió toda Europa e introdujo en la conciencia de todos los gobiernos y elites de poder, el miedo a que el modelo de la revolución rusa fuese exportado a sus países, es decir, que las clases trabajadoras que mal vivían en sus paises se levantasen en una revolución.
Así que, como consecuencia, desde el propio estado se empezaron a impulsar una serie de políticas destinadas a generar bienestar social, mejoras en la sanidad, educación publica, subsidios por desempleo, discapacidad... etc
Al conjunto de todas estas políticas publicas se le denominó estado del bien estar.
Esto en un primer momento supuso una gran mejora del nivel de vida en general de la clase trabajadora, pero al mismo tiempo, sobre todo en las generaciones posteriores, también supuso una desmovilización de la anteriormente revolucionaria clase trabajadora y una confianza en que la élites políticas y sindicales velarían por sus intereses.
Esto fue así al principio, sinembargo tras la crisis de la década de los 70, nos encontramos con un poder económico que logró librarse de las ataduras que la socialdemocracia le había impuesto, y como sus amos no respetan el equilibrio que el estado del bienestar supone. Al mismo tiempo, encontramos que las élites políticas y sindicales socialdemócratas, han perdido, en los mejores casos, el rumbo, olvidando la defensa del trabajador, y en los peores, se han vendido pura y duramente a los poderes económicos. Esto, unido a la ya mencionada despolitización y desmovilización crean un clima en el que los trabajadores están a merced del mercado, sin que muchos sean siquiera conscientes de ello, o incluso lo consideren como una lógica imutable y mientras, las diferencias entre ricos y pobres en nuestro país (España, para los del otro lado del charco) siguen aumentando.
No es un buen rumbo el que llevamos actualmente, evidentemente no vivimos una situación decimonónica, ni de principios del veinte, pero sería necesario una repolitización de la clase trabajadora, una recuperación de esa potencialidad revolucionaria,o más bien la potencialidad de conflicto, que obligó a los amos del poder económico a agachar la cabeza y someterse de nuevo a las reglas dictadas por todos, en el estado. Por desgracia es más fácil decirlo que hacerlo.